diumenge, 27 d’octubre del 2013

«Enciclopedia de los muertos», de Danilo Kiš (Acantilado, 2008, trad. de Nevenka Vasiljevič)


La enciclopedia de los muertos (1983) fue la última obra Danilo Kiš (Subotica, 1925 – París, 1989) que éste vio publicada en vida. En aquel entonces, Kiš, de nacionalidad yugoslava (Subotica es una pequeña localidad serbia cercana a la frontera con Hungría), era ya un autor con numerosos reconocimientos nacionales e internacionales. En 1994, Susan Sontag publicó un texto (recogido posteriormente en una colección de ensayos titulada Cuestión de énfasis) sobre él que comenzaba con las siguientes palabras: «La muerte de Danilo Kiš el 15 de octubre de 1989, a los cincuenta y cuatro años de edad, truncó de manera desgarradora uno de los más importantes periplos literarios realizado por escritor alguno durante la segunda mitad del siglo XX». De ese modo, La enciclopedia de los muertos constituye una especie de testamento involuntario por parte de uno de los autores, cuanto menos, más originales surgidos durante los últimos decenios en la Europa del Este y que han llegado hasta nosotros.


«Las mezclas extrañas eran muy del gusto de Kiš» escribe Sontag, que, a renglón seguido, añade: «Sus métodos literarios “mixtos” –realizados con plenitud en El reloj de arena (ficción histórica) y Una tumba para Boris Davidovich (historia ficción)– le dieron las libertades precisas y apropiadas para promover la causa de la verdad y el arte.» Probablemente sea en el peculiar desarrollo de esas mixturas –cuyos orígenes pueden rastrearse en Borges o Nabokov– donde resida la especificidad del autor. En La enciclopedia de los muertos hay abundantes ejemplos al respecto, y no sólo de la combinación señalada por Sontag, sino también de la hibridación de ensayo y relato, de aliento lírico y rigor narrativo, de sencillez y ambigüedad, de gravedad e ironía. Asimismo, muchas de las historias que componen el volumen hacen referencia a libros reales o imaginarios; son literatura que surge, real o figuradamente, de fuentes literarias de diversos tipos, en un juego de muñecas rusas propio de la denominada literatura posmoderna. Sin embargo, a poco que se conozca la peripecia vital del autor –empezando por los orígenes étnicos de su padre, judío húngaro–, es también evidente que todos esos recursos, lejos de limitarse a ofrecer un mero espectáculo pirotécnico, sirven para explorar cuestiones que marcaron a fuego su existencia, desde la muerte de parte de su familia en campos de concentración nazis hasta la acusación de plagio de la que le hizo objeto la Unión de Escritores de Yugoslavia tras la publicación en 1976 de Una tumba para Boris Davidovich, en una campaña de descrédito emprendida por motivos políticos y que acabó llevándolo a abandonar su país para instalarse en Francia en 1979. Esos temas (el judaísmo, el totalitarismo, «la exploración de los mecanismos del fanatismo y de la intolerancia» –como leemos en Internet a propósito de otra obra del autor–, la astucia –que no la banalidad– del mal) están presentes en el relato más ambicioso y complejo de todos, «El libro de los reyes y los tontos». En el Post scriptum, el propio Kiš habla de su génesis: lo que empezó como ensayo acabó convirtiéndose en narración. No obstante, si el fabulador cedió así a la «necesidad barroca de la inteligencia que la lleva a rellenar cualquier hueco» de la que hablaba Julio Cortázar –el propio Kiš, generoso con sus fuentes, ofrece esta cita–, el constructor que es también todo autor cinceló el conjunto con la sabiduría de quien precisamente sabe dosificar –tan paródica como controladamente– la información y dejar huecos a la imaginación del lector, empezando por el de ese misterioso final para el que –nueva ironía– la pormenorizada explicación del propio autor no ofrece resolución alguna.

Menos logrados –a mi juicio y en una primera lectura, con los graves riesgos que supone evaluar sin releer– resultan los otros dos relatos extensos del libro, por motivos diversos. «La enciclopedia de los muertos» parte de una buena idea, que, por otro lado, está presente en todas las historias que componen el volumen: la especificidad de la existencia humana individual, transmitida mediante una exhaustividad en la descripción que poco tiene que ver con el de la narrativa decimonónica. Sin embargo, el desarrollo se antoja farragoso y acaba siendo tan gris como la existencia que describe, sin que la distancia típica de Kiš como narrador dé lugar a deslumbramiento emotivo alguno en una historia que parece necesitarlo. La otra narración de largo aliento, «La leyenda de los durmientes», está lastrada por una edición (la publicada por El Aleph en 2002, la que yo he leído; es probable que la edición posterior publicada en Acantilado haya resuelto este problema) que deja un tanto que desear: es imposible –para mí, al menos– mantener la concentración en la prosa lírica que emplea aquí el autor cuando uno ha de estar pendiente de reconstruir la puntuación, en una historia en la que la anécdota se reduce al mínimo y el hechizo depende casi por entero de la técnica y el estilo. Es posible que, en una edición más cuidada, el carácter extremadamente contemplativo de la narración tuviera un efecto más logrado. Los demás relatos resultan satisfactorios, cada uno en su género: personalmente, no sabría elegir entre el falso clasicismo de «Es glorioso morir por la patria», el vuelo fantástico de «Simón el Mago» o la penetrante inteligencia de «Sellos rojos con la efigie de Lenin», tres de los que más me han llamado la atención, tan distintos entre sí como unidos por la capacidad para atrapar al lector de principio a fin y dejarlo con un sabor agridulce.


Un autor valenciano, Enric Sòria, escribió a propósito de Una tumba para Boris Davidovich: «Estos relatos nos conmueven e inquietan y nos obligan a reflexionar porque son obras maestras de la narración estricta. El autor explica poco, interpreta menos y jamás adoctrina. Simplemente, cuenta». Lo mismo puede decirse de los mejores relatos de La enciclopedia de los muertos, tan profundos en su verdad como generosos y contrastados en su arte.


           

47 comentaris:

  1. Estic d'acord amb la referència que ha esmentat Paco de Susan Sontag: "les mescles estranyes eren molt del gust de Kis". Només cal veure el viatge pel temps, per la ficció i per la història que significa llegir el conjunt dels relats. A mi personalment, m'ha interessat molt com presenta els contes. la veu narrativa és sempre molt directa i clara, però alhora subjectiva i personal. Hi ha exemples tant de primera com de tercera persona, però hi trobo similituds en les dues opcions. Sempre se situa al costat del personatge, sempre hi ha una voluntat de proximitat, la qual cosa atorga al relat una naturalitat potent, tot i que també certa dosi de parcialitat. Això entronca directament amb el que penso que podria ser el vincle que uneix els relats: treure transcendència a la vida i situar-se al costat d’allò humà, amb totes les febleses que això comporta. Podem pensar en els pobres de Samaria, en els treballadors i les prostitutes del port i, per descomptat, amb el que suposa l’enciclopèdia dels morts. També s’hi poden afegir les misèries de la religió a través d’aquell Dionís que és venerat i ell només és capaç de reconèixer la seua ineptitud i l’absoluta carència de qualsevol tret sobrenatural. Pel que fa a la història del mestre i del deixeble, és simplement un despropòsit, el mateix que podríem dir d’aquell noble que no se sap si mor amb honor o acovardit. Finalment, les cartes del poeta Mendel Osipovich, que fan referència a tot, des dels estats d’ànim fins a les almorranes, seria una altre exemple.
    Aquesta reivindicació del quotidià em resulta més coherent ara que Paco ens ha explicat algun detall dels periples de la vida de Kis, sempre condicionada per la terrible història del segle XX. Una història intervinguda per uns sistemes totalitaris que, precisament, es van proposar interferir i ordenar i manipular la vida les persones.

    ResponElimina
  2. Per altra banda, el treball sobre històries antigues i mítiques que fa Kis m’ha recordat Borges. Però Borges tenia molt clar que havia de proposar un estil literari adequat per a fer creïble la història d’un escriptor o d’un succés (suposadament) antics. Precisament, des del moment que s’entén que tot és cultura, cal un llenguatge que reflecteixi aquesta artificialitat o segona natura. I aquesta ànsia literària la trobo a faltar en Kis. Això es podria explicar per aquesta voluntat democràtica, que contrastaria amb l’elitisme de Borges. Però aleshores hi ha un problema de plantejament. L’exemple perfecte d’això l’he trobat en el conte La enciclopedia. Trobo fascinant el plantejament, la possibilitat que hi hagi un arxiu amb tota la vida d’una persona. Clar, això significa que està escrit tot, i la vida de les persones no sol estar formada d’aventures excitants, sinó d’esdeveniments trivials i avorrits. Per ser coherent, aquest relat hauria d’haver estat a l’altura d’aquesta quotidianitat, d’aquesta trivialitat i d’aquest avorriment –com Kafka, que a El procés és capaç de crear un estil burocràtic. En canvi, Kis es dedica a sintetitzar una sèrie d’escenes puntuals i en cap moment és capaç de transmetre l’impacte que causaria reviure-ho de nou (diu que la narradora ha viscut impactada les reminiscències, però penso que al lector no arriba). Per tant, també estic d'acord amb el que comenta Paco sobre aquest conte: el problema es troba en el desenvolupament d'una idea francament bona.
    També m’ha decebut El espejo de lo desconocido. El plantejament és misteriós i molt interessant el muntatge paral·lel. Però crec que Kis no ho resol de manera adequada. I el títol és tan poc apropiat, tan evident, tan insuls. Igual com les referències a les forces desconegudes de la natura i al seu contrapunt, és a dir, el positivisme. És com si Kis hagués volgut fer un conte a partir de certes teories i no ho hagués aconseguit, per la qual cosa s’hagués limitat a escriure-les. El mateix podria dir-se del relat El libro de los reyes y de los tontos, que segurament és el més ambiciós del llibre. Però per mi no és un relat, sinó una recerca prou confosa i obtusa. Finalment, Sellos rojos con la efigie de Lenin sembla més una crítica o una recerca fallida de la història d’amor que es conta que la pròpia història d’amor. És veritat que les mescles mixtes a què feia referència Sontag també inclouen la mescla d'assaig i ficció. Però en aquest cas a mi no m'ha funcionat.

    ResponElimina
  3. La impressió que m'ha deixat el llibre de Danilo Kiš va en la direcció del que heu apuntat en els vostres comentaris anteriors. M'ha semblat un narrador prou interessant i digne d'atenció, però al llarg de la lectura no he pogut evitar en cap moment la sensació que, en la major part dels casos, no encerta a resoldre unes històries que en un principi semblaven prometedores, bé per descurança bé perquè la seva imaginació es decanta cap a unes eleccions argumentals amb les quals no aconsegueixo connectar. La idea d'elaborar un llibre amb un grapat d'històries dedicades a glossar la futilitat de la vida humana, abocada inevitablement a la mort i l'oblit, semblava en principi bona i, sens dubte, té molt a veure amb la tràgica biografia de l'autor, però els seus relats s'extravien massa sovint en excentricitats amb poca substància, que com a lector em deixen indiferent. D'altra banda, en cap moment aconsegueix, al meu entendre, aquell grau de precisió que transforma les narracions memorables en autèntics mecanismes de rellotgeria, on no sobra (ni falta) cap paraula ni cap detall. Probablement, la narració que millor evidencia aquestes mancances és també la més ambiciosa del llibre, "El libro de los reyes y de los tontos", inspirada amb tota probabilitat en la història dels "Protocols dels savis de sió". Ara bé: el problema del relat de Kiš és que abunda en una erudició indigesta i, el que és encara pitjor, que la seva proposta narrativa en cap moment aconsegueix fer-nos oblidar que la història del llibre real que es troba en l'origen del seu argument és prou més apassionant que el que ens hi està contant. Comptat i debatut: un escriptor no desproveït de talent, però que no m'acaba de convèncer.

    ResponElimina
  4. Josep, en el "Post scriptum" que figura en la edición de El Aleph (e imagino que en la de Acantilado) el autor explica que el relato empezó primero como un ensayo sobre "Los protocolos de los sabios de Sión". Por otro lado, no sé si a una obra evidentemente posmoderna como lo es ese cuento se le puede exigir algo que, por su propia naturaleza, tal vez no puede dar: la precisión de los clásicos, incluida la de los clásicos de la modernidad. Y esto no lo digo como crítica a tu exigencia, sino como reflexión abierta sobre la narrativa postnabokoviana (o "post", a secas) en general. Fèlix: en efecto los "tiradas" narratvas de Kis beben de un recurso muy caro a Borges, la mezcla de lo sublime y lo banal. La idea de que en ello haya una reivindicación de la esfera de lo particular ante un régimen totalitarista que la anula por entero me parece muy atinada. Comoquiera que sea, el libro me ha planteado la necesidad de leer las obras mayores de este autor, pero también la de llenar dos lagunas: la de una de sus influencias declaradas, Bruno Schulz, y la de un autor posterior en el tiempo que, por lo que he leído, abunda en la mezcla entre Historia y ficción de la que habla Sontag: W. G. Sebald.

    ResponElimina
  5. Paco, pensava que aquest recull de contes constituïa l'obra principal de Kis. Quines són les obres grans? De quin gènere són? Penses que podrien interpretar-se segons la idea que hem comentat que diu que la seua obra seria una reivindicació de la llibertat humana?
    No havia sentit parlar mai de Bruno Schulz, però jo també tinc pendent de fa temps Sebald, en concrec "Austerlitz". Pel que sé, és una espècie de collage on mescla molts gèneres i maneres d'escriure. Potser podria ser una bona proposta per a futures entregues del bloc.

    ResponElimina
    Respostes
    1. Sí, ya había pensado yo que Sebald tendría que pasar por el club, y lo que dice Josep me lo confirma. Para otro año, pues, si a todos nos apetece leerlo o releerlo.

      Elimina
  6. Com que arribe l'últim, ja no em queda res a dir...

    Una de les primeres coses que s'ensenyen en pragmàtica és que, amb les adversatives, l'ordre dels factors sí que canvia el resultat. No és el mateix "és bo, però no m'ha entusiasmat" que "no m'ha entusiasmat, peró és bo. Algun de vosaltres potser encaixa amb la primera versió, jo em quede amb la segona. No m'ha entusiasmat, però és bo.

    No m'ha deixat tan descontent com a vosaltres "Sellos rojos". Crec que reivindica amb una certa gràcia una idea que precisament no té res de postmoderna: que els estudis sobre literatura fets només sobre la base del text es fan només sobre la base de la ignorància. La ironia amb què tracta els comentaristes m'ha semblat deliciosa, per bé que en algun moment se'm fa llarg. Com també se'm fa una mica llarg "La enciclopedia", però que m'agrada perquè posa en narració un tema interessant --una de les qüestions fonamentals de l'Ulisses de Joyce--: el caràcter a vegades sublim de la quotidianitat més vulgar. Sí, el relat no ho resol d'una manera del tot satisfactòria, però si partim de la base que Kiš no és Kafka ni Borges, en fi, tampoc no li demanarem que ho siga. Quan vull gran literatura, òbviament, no furgue per l'obra de Kiš, vaig directament a Kafka o a qui siga. Kiš fa un altre paper per a mi, com a lector: satisfà una curiositat.

    He parlat abans d'ironia, i parlant d'això hauria de referir-me de passada a la narració sobre Simó el Mag. El gran pifostión que es fot el levitador, i les explicacions que en donen uns i altres, em sembla un exemple reeixit d'un cert humor eslau, bessó de la mala llet. A mi, això, m'agrada. I gràcies a aquesta primera narració vaig continuar llegint.

    Crec que té raó Fèlix quan assenyala l'empatia de Kiš amb els dèbils com una de les constants del llibre. És present en la paròdia de sentimentalisme que trobem en "Honras fúnebres" i en "Es glorioso", per exemple, i implícita en "La enciclopedia". De tota manera, no crec que aquest siga un tret fonamental, sinó el resultat d'una actitud prèvia.

    Els més fluixos són, per a mi, "La leyenda de los durmientes" (que, per cert, té un vincle argumental directe amb un oratori de Carl Loewe, Die Siebenschläfer) i "Honras fúnebres", que m'han deixat completament fred. Apel·lar ací a la literatura postmoderna (que per a mi és un rètol publicitari i no una realitat historicoliterària substantiva) no resol la insatisfacció. Davant la disjuntiva entre considerar-me un lector demodé i considerar Kiš un autor no necessàriament dels grans, prenc la segona opció, si no us fa res.

    Quant a "El espejo" m'ha semblat una agradable imitació de Poe, o de Kafka, o de qui siga. Té un toc sobrenatural que no em sembla gens malament. No és genial, però demostra un indubtable domini de l'ofici, i amb això en tinc prou per a no enviar el llibre per la finestra avall.

    La meua lectura de "El libro de los reyes y de los tontos" el pren més aviat com un divertiment interessant. Des de ben aviat vaig veure que es referia als Protocols, que vaig treballar fa bastant de temps, i em vaig deixar endur. Com a conte a mig camí entre diversos gèneres em va agradar: en part assaig, en part narració detectivesca, en part ficció metaliterària. S'ha de reconèixer que en l'epíleg l'autor és honrat i no es fa l'interessant, perquè entre altres exemples també per a aquest conte posa les cartes damunt la taula. Sí, d'acord, arriba a fer-se innecessàriament prolix, però jo, lector poc benèvol amb la ficció, ho he suportat bastant bé.

    ResponElimina
  7. Una anotació final: m'ha fet gràcia veure aparèixer per ací Bruno Schulz com a referència. Schulz era un escriptor jueu del grup de Skamander, juntament amb el seu amic Gombrowicz, que el va posar injustament verd en els seus genials Dietaris. Els polonesos el consideren el seu Kafka particular. Anys enrere vaig tenir la idea de traduir Les botigues de canyella o El sanatori de Sota la Clepsidra, però ho vaig abandonar. Tots els camins van a parar a Roma, pel que es veu: a la Roma que cadascú té, és clar.

    ResponElimina
  8. Fèlix, la obra más famosa es "Una tumba para Boris Davidovich", y, por lo que parece, la defensa de "los perseguidos frente a los perseguidores" fue una constante en la obra del autor. Este breve texto resulta esclarecedor: http://elpais.com/diario/2006/12/21/cultura/1166655605_850215.html

    Como ya he comentado, tanto "Sellos rojos..." como "Simón el Mago" son dos de mis relatos favoritos, entre otras cosas porque probablemente sean los dos con los que más me he reído. En cuanto a "El libro...", yo creo que esa proliferación salvaje de referencias -unas, al parecer, reales, y otras probablemente, inventadas- tiene un claro sentido paródico. Me parece importante subrayar esa vena humorística. Otra cosa es que, según los gustos o el momento, haga más o menos gracia. A mí sí que me ha divertido.

    ResponElimina
    Respostes
    1. Completament d'acord. No és un "riure" de "riure", però sí que m'ha fet gràcia, sí senyor.

      Elimina
  9. Doncs, si voleu que us digui la veritat, quan vaig llegir "El libro de los reyes y de los tontos" no vaig detectar cap línia humorística o cap intenció paròdica. De fet, l'erudició indigesta que comenta Josep em va emprenyar i avorrir. I aquest matí he provat a rellegir-lo i la veritat és que continuo igual. Potser tinc una mica atrofiat el múscul de l'humor...
    Gràcies, Paco, per la referència.

    ResponElimina
    Respostes
    1. La ironia és, bé que ho sabem, un registre molt cabró perquè, igual que l'amor, "és cosa de dos": si jo l'empre però no done pistes perquè l'entenguen com a tal, el malentès està assegurat. Jo, on veig ironia claríssima, és en el primer conte i en "Sellos rojos", on es caga tres pets en la crítica literària. En "El libro de los reyes i de los tontos" no recorde haver detectat res d'això, però sí que m'ho vaig llegir com un divertiment en el sentit de cosa entretinguda.

      Elimina
    2. Estic d'acord amb tu. Jo, a més a més, diria que en "Honras funebres" em va semblar percebre un cert humor negre o macabre.

      Elimina
  10. I gràcies, Guillem, pels comentaris sobre Schulz i Gombrowicz...

    ResponElimina
  11. Per cert, també vaig tenir problemes amb l'epíleg. Guillem comenta que el troba honrat i en això puc estar més o menys d'acord. Però, realment aporta alguna cosa? No n'estic segur. Per altra banda, considero que la gràcia d'un relat és que pugui ser interpretat des de molts punts de vista, és a dir, que l'autor l'hauria de deixar circular lliurement una vegada escrit. Però aquest segurament és un altre tema...

    ResponElimina
    Respostes
    1. Yo distinguiría entre el recurso irritante y generalizado de ciertos artistas cuya obra suele ser paupérrima y, no contentos con lanzar semejantes bodrios al mundo, encima tienen la desfachatez de dictar al espectador lo que debe ver, y un "Post scriptum" como el de Kis, que me parece esencialmente explicativo. Fíjate, por ejemplo, en lo que dice sobre "Simón el Mago": contexto histórico, relación con Stalin señalada con un amigo. De acuerdo. Pero eso no destruye la ambigüedad del cuento.

      Elimina
    2. En això estic d'acord amb tu, Paco, el "Post scriptum" resulta útil i informatiu i no prejutja en cap moment la interpretació ulterior dels relats.

      Elimina
    3. Totalment d'acord. A més, en el cas concret del relat "Simón el Mago", aquesta referència a Stalin encara el converteix en un artefacte més ambigu (alhora que permet més lectures). Per cert, suposo hi ha cap relació amb aquest Simó i el Simó de Buñuel?

      Elimina
    4. No, el Simón de Buñuel era Simón el Estilita, un asceta cristiano del siglo IV. El de Kis es un Simón que fue coetáneo de los apóstoles cristianos.

      Elimina
    5. Molt bé.
      Pel que fa a aquest Simó coetani dels apòstols, Kis (no sé si seguint alguna font històrica) li fa dir que critica del cristianisme el rebuig irracional que manifesta del món. Un món que, òbviament, és miserable, ple de merda i molt dur; però un món autèntic. Interpreteu que pot ser ja el preludi a crítiques posteriors a sistemes totalitaris que fan del món un funcionament abstracte? O no cal anar tan lluny?

      Elimina
    6. Jo ho tinc molt clar: als déus monoteistes no els agrada que els homes aixequin el vol, sinó que els voldrien agenollats amb el cap ben acotat. Amb els totalitarismes ocorre, si fa no fa el mateix.

      Elimina
    7. I Kis confirma l'analogia en posteriors relats. És com si els totalitarismes moderns no s'haguessin inventat res; o com si els totalitarismes no poguessin oblidar aquesta penosa tradició.

      Elimina
    8. Potser resulta anticlimàtic dir-ho, però jo veig en aquest conte més una conya que una crítica al totalitarisme --cosa que em semblaria una sobreinterpretació.

      Elimina
    9. Suposo que, enmig del debat i de les discussions, correm el perill de veure coses molt rebuscades o de llegir massa entrelínies. I més en una obra que, dintre de la particular dignitat, no dóna per a més.
      Per altra banda, això de la conya suposo que passa el mateix que dius de la ironia: és un registre molt cabró i que depèn sempre de dos. Però millor així, no creus?

      Elimina
    10. Això és així, sens dubte. Els usos "dislocats" del llenguatge demanen una complicitat, i per a aconseguir-la cal tenir l'interlocutor adequat, o almenys donar pistes. Si fallen tots dos canals es produeix el malentès. I a l'inrevés també: veure el que no hi ha és un dels malentesos que més m'irriten, per molt creatiu que siga. I no té per què ser aquest el cas, per descomptat. Ja ho deia aquell, que "Se miente más de la cuenta / por falta de fantasía: / también la verdad se inventa". Jo tinc tendència més aviat a la falta de fantasia, i cadascú es desequilibra cap a una banda o altra...

      Elimina
  12. Com molt bé vas assenyalar, Paco, ahir quan vaig penjar el meu comentari sobre "La enciclopedia de los muertos" vaig cometre l'error d'apuntar que la narració "El libro de los reyes y de los tontos" desenvolupava tàcitament la història dels "Protocols dels savis de Sió", cosa que em semblava una certa presa de pèl. Efectivament, després vaig veure que Kiš així ho reconeixia al final de l'obra. El que ocorre és que quan vaig escriure el meu comentari estava llegint l'última narració i no m'havia fixat en l'existència del "Post scriptum". Mea culpa, doncs, si l'hagués vist l'hauria llegit abans que res, tal com cal fer. D'altra banda, pel que fa al caràcter "obert" o aparentment "descurat" d'algunes d'aquestes narracions, penso que, en comptes de parlar d'una postmodernitat sempre de mal definir, potser convindria atendre més aviat als vincles de l'escriptura de Kiš amb la tradició oral. De fet, en alguns moments de la meva lectura, el to dels seus relats em feia pensar en la "manera" d'acostar-se al gènere fantàstic d'alguns romàntics alemanys, el més representatiu dels quals és E. T. A. Hoffmann. En qualsevol cas, les meves narracions preferides del llibre són "Simón el Mago", "El espejo de lo desconocido", "La historia del Maestro y del discípulo" i "Sellos rojos con la efgie de Lenin". Aquesta última se m'ha fet una mica llarga, però no li negaré la gràcia. Pel que fa a "La Enciclopedia de los muertos", es troba també entre les meves preferides, encara que l'autor no hagi sabut estar a l'altura de l'assumpte que havia concebut. "Es glorioso morir por la patria", sense ser gran cosa, em sembla una mostra curiosa d'humor negre; "Honores funebres", una trivialitat; i "El libro de los reyes y de los tontos" una solemne llauna, sobretot en la primera part, que és on carrega més d'erudició. Finalment, "La leyenda de los durmientes" la trobo, senzillament, una narració indigna del talent de l'autor, que hauria estat millor no incloure en el llibre.
    Tampoc voldria que el meu comentari d'ahir sobre el llibre s'interpretés en clau massa negativa. De fet, ara mateix estic llegint "Laúd y cicatrices" (Madrid: metáfora, 2001), un recull de set contes que, segons sembla, Kiš volia afegir a una edició ulterior de "La Enciclopedia de los muertos". Jo diria, en síntesi, que es tracta d'un autor interessant, tot i que segueixo trobant-li coses que no m'acaben de fer el pes. Potser una lectura de les seves millors obres em faria canviar d'opinió. Mai no se sap... En aquest sentit, no he llegit res de Bruno Schulz, però sí que us puc assegurar que, al meu entendre, Kiš es troba molt lluny del talent literari de Sebald, un dels grans narradors de la segona meitat del segle XX.

    ResponElimina
    Respostes
    1. Lo que dices sobre la narración oral es muy interesante. Por otro lado, yo creo que "Los durmientes" debe de ganar muchísimo con la relectura. Es uno de los cuentos más originales. Diría que es el de construcción más abstracta de todos, en el sentido de ser el menos apegado a un desarrollo meramente discursivo de la acción. Y yo creo que el autor debe de querer imitar ciertos estilos antiguos, ancestrales, con sus repeticiones, pero con medios modernos. Acabo de releer el primer capítulo y me ha parecido magnífico. Como digo, creo que es una de esas obras que pueden dejar frío o incluso irritar en la primera lectura, pero que, una vez "sabidas", dan retóricamente muchísimo de sí.

      Elimina
    2. Donde digo "retóricamente" poned "estéticamente". A mí ese "tempo" tan inusitadamente lento me ha parecido bellísimo. Y que conste que se me hizo muy pesado de leer, precisamente por la novedad que para mí representaba. Pero, ¿quién ha disfrutado o comprendido por primera vez una obra dodecafónica o una pintura cubista?

      Elimina
    3. A mi em va semblar des del principi que la intenció era aquesta: imitar una escriptura ritual. El que ocorre és que no estic gens segur que ho hagi aconseguit. Potser, en comptes de descartar-lo, convindria, com tu dius tornar a llegir-lo. De totes maneres, se m'ocorre també que potser la clau del tipus d'escriptura ritual que hi assaja l'autor potser se'ns escapen. Les citacions de l'Alcorà que acompanyen el relat constitueixen uns indicis que apunten cap a un món cultural amb el qual, jo almenys, no estem gaire familiaritzats.

      Elimina
    4. Pot ser l'escriptura ritual hauria de contenir més recursos formals, com repeticions a mode de tornada?

      Elimina
    5. En efecto, coincido en que hay claves relacionadas con determinados tipos de escritura que se nos escapan. Al fin y al cabo, en el "Post scriptum", él hace referencia a "El diván oriental-occidental", de Goethe. Y me temo que por la parte oriental hay muchas cosas que se nos escapan.

      Elimina
    6. Per a mi, el ritme d'aquesta narració és indubtablement ritual, i en això subscric el que diu Josep. Però francament no m'ha agradat gens ni mica, sinó que m'ha semblat irritant a més no poder (cosa que exclou una relectura, naturalment...). Sóc incapaç d'emocionar-me amb aquest refregit d'una historieta típicament cristiana (o semítica, en realitat, perquè sona a l'antic testament i a les parts més avorrides de Les 1001 nits).

      Elimina
    7. Una obra amb la qual se la podria relacionar, per això del ritual i per la temàtica, podria ser el Llibre de Job. Tot i que també són diferents...

      Elimina
  13. Jo també arribe tard, així que en bona mesura no puc més que assentir a alguns dels comentaris que ja heu fet. Però m'agradaria aportar alguna cosa. En general, estaria d'acord amb la valoració que ha fet Guillem, amb el mateix ordre dels factors: sense haver-me entusiasmat, crec que és bo. I si no m'ha provocat una emoció intensa en conjunt, en bona part per les mancances que alguns ja heu apuntat, sí que trobe que hi ha moments puntuals en algunes narracions que quasi són sublims. Entre les que més m'han agradat estan “Simón el Mago”, “La leyenda de los durmientes”, “La historia del maestro y del discípulo” i “Sellos rojos con la efigie de Lenin”. També “La Enciclopedia de los muertos” m'ha agradat, però amb alguna reserva: a més de l'excessiva prolixitat de què pateix en alguns moments, vaig trobar el final massa efectista. El recurs al somni em va semblar innecessari i encara que en llegir el “post-scriptum” em va semblar una mica més justificat, continue pensant que, si se l'hagués estalviat, la història hagués eixit guanyant.

    ResponElimina
  14. No obstant, el tema del somni és important com a element que dóna cohesió a algunes narracions. I ací és on he de de trencar una llança a favor de “La leyenda de los durmientes”. L'estil, que alguns heu criticat, em sembla molt aconseguit. A mi em recorda l'estil d'alguns llibres de la Bíblia, amb la insistència en les repeticions anafòriques, per exemple (al final imita obertament el “sermó de la muntanya”), però jo crec que aquest estil té com a objectiu principal transmetre una sensació al lector, i ho aconsegueix: la que experimenta el protagonista. És un exemple de perspectivisme en la narració: si us fixeu, tot el que es conta està vist des del punt de vista de Dionís. Les sensacions físiques, els olors, el que veu, el que escolta, però sobretot, el que pensa. El repte és narrar la sensació irreal de qui desperta d'un somni de centúries i no troba el camí a la realitat. Perquè no sap destriar-la d'eixe somni. Com en les primeres pàgines de “A la recherche du temps perdu”, el narrador descriu el procés de recuperació de la consciència del temps i dels records en eixe trànsit misteriós entre el somni i la vigília, i que de vegades provoca una paralització total dels membres (qui no ho ha experimentat alguna vegada en despertar-se d'una llarga migdiada, el no poder acabar de despertar-se, el saber-se en un lloc a mitjan camí entre el somni i la realitat?). Només que Dionisio no traspassa la frontera entre els dos estats, perquè, i aquest és el sentit del conte, la vida no és sinó una altra forma de mort. El narrador ens diu que en despertar “sumergió su propia conciencia en el río del tiempo, para separar el sueño de la realidad, para situarse, con la ayuda de su conciencia y de sus recuerdos (...). Pero en su interior no había más que el recuerdo de su propio sueño y de su despertar (...), una oscuridad absoluta, como antes de la creación, como antes de la vida, cuando el Señor no había desligado el sueño de la realidad, ni la realidad del sueño”. Tota la narració és, al meu parer, l'expressió d'eixa lluita impossible i fracassada “para separar el sueño de la realidad”, perquè en haver retornat a la vida, no deixa d'estar mort. A mi em sembla que l'estil pretén, i ho aconsegueix, transmetre aquest estat com liminar, en veure's llençat a un no-espai i no-temps de la consciència per la manca de referents: els records. La mort és també l'absència de records, records d'un mateix (la pròpia mort) i dels altres, que moren definitivament quan són oblidats: em remet al tema de la narració “La enciclopedia de los muertos”. Crec doncs que es poden trobar molts elements estructurals que enllacen subtilment totes les narracions, però comentar-los tots portaria més temps i més espai del que dispose ací i ara. Crec, doncs, que sí cal donar-li una segona i més oportunitats de lectura a “La leyenda de los durmientes”. A mi m'ha semblat una de les més interessants, si no la més, del recull, i estic d'acord amb Paco que té moments que emocionen. A més, crec que amb el que he dit es justifica per què, com diu molt bé Paco, és el conte menys lligat a un desenvolupament discursiu de l'acció: no vol contar una acció, sinó descriure un estat.

    ResponElimina
  15. Pel que fa a les altres narracions, no em vull estendre més (he hagut de publicar els meus comentaris a trossos, perquè la pàgina no em deixava posar massa caràcters). Diré només que el tema de la petitesa de la vida, de la importància de les coses insignificants, apareix també transformat en molts llocs. Per exemple, en el primer conte, m'ha impactat l'enumeració que Simó el Mag fa per agafar forces en el seu vol: es concentra en tot l'horror de la vida terrenal per elevar-se al cel. Eixe horror està fet de petites-grans catàstrofes, de la quotidianitat més absoluta: també les abelles, els cucs, fins i tot les fulles mortes senten el dolor de l'existència. Posar al mateix nivell, en l'enumeració, “el sufrimiento infernal del gusano que arde al sol” amb “el dolor de la despedida amorosa” m'ha semblat magistral. Res en la vida és insignificant quan es tracta del dolor, la seua condició primera.

    ResponElimina
    Respostes
    1. Jo diria que les maneres diferents com cadascú de nosaltres ha llegit aquesta narració (i les altres també) no respon a l'estructura del text, sinó al temperament, caràcter i interessos efectius de cada lector. La qual cosa no sols és legitima i natural, sinó fins i tot imprescindible!

      Elimina
    2. I jo afegiria que precisament aquest és el motiu de fer un club de lectura. A veure si quan llegim les obres teòriques i d'assaig que hem seleccionat (Adorno, Sala, Levi-Strauss, etc.), dissentim tant. Suposo que no hauria d'haver diferència entre la ficció i l'assaig.

      Elimina
    3. La dissensió és bona. Amb mesura, és clar. Nil nimis... (quina pedanteria, per favor!).

      Elimina
  16. Estoy de acuerdo con todo lo que ha dicho Magister. Por mi parte, adjunto una de las enumeraciones borgianas que, a mi juicio, han servido de modelo de Kis para modelar las suyas. Pertenece al relato "El atroz redentor Lazarus Morrell", que figura en «La historia universal de la infamia»:

    «En 1517 el P. Bartolomé de las Casas tuvo mucha lástima de los indios que se extenuaban en los laboriosos infiernos de las minas de oro antillanas, y propuso al emperador Carlos V la importación de negros que se extenuaran en los laboriosos infiernos de las minas de oro antillanas. A esa curiosa variación de un filántropo debemos infinitos hechos: los blues de Handy, el éxito logrado en París por el pintor doctor oriental D. Pedro Figari, la buena prosa cimarrona del también oriental D. Vicente Rossi, el tamaño mitológico de Abraham Lincoln, los quinientos mil muertos de la Guerra de Secesión, los tres mil trescientos millones gastados en pensiones militares, la estatua del imaginario Falucho, la admisión del verbo "linchar" en la decimotercera edición del Diccionario de la Academia, el impetuoso film "Aleluya", la fornida carga a la bayoneta llevada por Soler al frente de sus Pardos y Morenos en el Cerrito, la gracia de la señorita de Tal, el moreno que asesinó Martín Fierro, la deplorable rumba "El Manisero", el napoleonismo arrestado y encalabozado de Toussaint Louverture, la cruz y la serpiente en Haití, la sangre de las cabras degolladas por el machete del papaloi, la habanera madre del tango, el candombe.

    Además: la culpable y magnífica existencia del atroz redentor Lazarus Morell.»

    ResponElimina
  17. Paco, trobo molt encertada la comparació. En la meua intervenció del primer dia ja vaig relacionar Kis i Borges, però ho vaig fer una mica de memòria (pels contes sobre el passat, de llibres del passat, etc.). Ara tu ho has demostrat amb un magnífic exemple pràctic. El que estic pensant ara és: té sentit en aquest registre la crítica que ja vaig fer a Kis? Jo vaig dir que trobava a Borges un escriptor més elitista i cultural, i em sembla que vas ser tu mateix que vas afegir que a vegades partia d'allò quotidià i la cosa li funcionava molt bé. I a nivell conceptual, el llistat que has copiat tu és senzillament acollonant. Com has d'anar del blues, a Lincoln, a la rumba o al napoleïsme. El llistat que fa Kis funciona bé i és efectiu. Però jo el trobo també una mica tòpic, començant per l'anunci mateix: "el horror de la existencia en la tierra". Fa falta ser tan explícit i explicar-ho tant? No ho sé.

    Llegiu a veure què us sembla el següent fragment. Correspon a "Suttree", de Cormac McCarthy. La novel·la mostra la misèria dels barris perifèrics d'una ciutat dels Estats Units.
    "Viejos muros de piedra que la intemperie no ha desaplomado, huesos fósiles alojados en sus estrías, escarabajos calizos aplastados en el lecho de lo que fue un mar interior. Oscuros árboles entecos más allá de ese enrejado donde los muertos tienen su propia y reducida metrópoli. Extraña arquitectura de mármol, estelas y obeliscos y cruces y pequeñas losas erosionadas por la lluvia donde los nombres se van borrando con los años (…) Esta ciudad construida fuera de todo paradigma conocido, arquitectura mestiza, relectura de las obras del hombre en un sucinto croquis de desorden aberrante y demencia."

    La traducció és de Pedro Fontana.

    ResponElimina
  18. Sobre Borges y Kis, tengo un problema: mientras que he leído casi todo del primero, éste es el primer libro que leo del segundo. A eso hay que añadir otro: al primero podemos disfrutarlo en su lengua original, al segundo únicamente en traducciones. Así, me es muy difícil establecer comparaciones. De lo que no tengo ninguna duda es de que Borges es un gigante de las letras del siglo XX. Dudo mucho, por razones diversas, que se pueda afirmar lo mismo de Kis.

    El fragmento de McCarthy me parece magnífico.

    ResponElimina
    Respostes
    1. Totalment d'acord. Tot i que les similituds hi són (els fragments citats en són la prova), la comparació és molt descompensada. Potser també és un senyal que la ronda de crítiques s'està esgotant (almenys pel que respecta a mi).

      Elimina